martes, 10 de febrero de 2009

¿Que presente queremos para nuestro futuro?

Para el año 2050, cuando nuestros hijos sean adultos y nuestros nietos ya estén cursando algún nivel de escolaridad se espera que la población mundial alcance los 9500 millones de personas, hoy es de 6750 millones, lo que representará un aumento del 40% aproximadamente. En consecuencia podemos inferir que la demanda de alimentos aumentará de manera lineal con ese crecimiento como también el consumo de energía, el que tendrá su relación respecto de la cantidad de habitantes.
Conclusión, los desafíos del futuro están tan a la vista que afectaran a seres queridos que veremos nacer y desarrollarse.
Los países dueños de las tierras y de la energía serán independientes, porque de la tierra se extraerán los alimentos y la energía.
Es una obviedad que la producción agrícola y ganadera deberá buscar la manera de crecer para satisfacer las necesidades mundiales, la actualidad mundial y nacional nos demuestra que muchas corporaciones, que ya conocen estos pronósticos han comenzado con avanzadas de aumento de productividad respecto de las tierras, en la mayoría de los casos sin medir las consecuencias respecto del ecosistema ni de los resultados de esa aceleración en los procesos sobre los consumidores de esos alimentos que son genéticamente manipulados para que la productividad se cristalice en mayor rentabilidad.
En la Argentina, nuestros gobernantes del presente y los del futuro próximo, decidirán por nosotros que clase de país seremos , tal vez en algunas carpetas que siempre serán secretas y que tienen que ver con los que gobiernan y los que ejercen el poder, que no siempre son los mismos, exista un modelo al que ya se esté apuntando. Tal vez ya haya algún plan para nuestro país del 2050.
Seguramente por la ideología que domina al mundo y que produce los personajes del poder visible, me animaría a decir que querrán vendernos el viejo mito de que seremos el granero del mundo y que la prosperidad se derramará sobre el suelo de nuestra nación.
El que se oponga a esa predicción será considerado como mínimo un traidor a la patria, por eso se hace necesario ser muy desconfiado de los discursos patrióticos que no vengan acompañados de una distribución equitativa de las tierras que producen alimentos.
En nuestro imaginario colectivo, se nos ha internalizado desde la escuela primaria, que en algún momento fuimos granero del mundo y por eso fuimos prósperos, el problema es que fuimos granero y no fuimos dueños de los granos. Muy pocos argentinos fueron dueños de los granos. Hoy estamos en una situación muy parecida y a futuro podría ser peor aun.
Hoy, la ambición por una renta extraordinaria, está haciendo que no se tengan en cuenta las consecuencias de la acumulación y cuando ellas emergen, ocupan muy pocos espacios de difusión.
Siempre un Dakar, una eliminatoria para un mundial, un hecho de inseguridad o un escándalo político que día a día nos haga distraer la atención del proceso que ya está en marcha, seguramente no va a faltar. Mientras que critiquemos a un técnico, a un jugador, nos distraigan con cataratas de hechos violentos o con votaciones telefónicas para programas de consumo masivo, que tal vez sin querer sean funcionales al genocidio que se viene, será difícil la difusión.
Digo genocidio y suena como demasiado, hasta la panza me hace ruido, porque el genocidio mas conocido implicó la muerte de aproximadamente 6 millones de seres humanos, pero estas practicas actuales donde la ética es solo discursiva, podría causar muchas victimas y tal vez 6 millones sean pocos.
Sin ir más lejos, después de años de denuncias de los habitantes del barrio Ituzaingo, de Córdoba, rodeado de campos de soja, lograron que la Justicia prohíba fumigar con agrotóxicos cerca de zonas urbanas. De cinco mil habitantes, 200 tienen cáncer. Todas las familias tienen un enfermo.

"El endosulfán es un fuerte insecticida utilizado para el control de plagas en algodón, tabaco, sorgo y soja, entre otros. Entre sus principales comercializadoras se encuentra la empresa Agrosoluciones, unidad dedicada al agro de la multinacional química Dupont. Las compañías agroquímicas no mencionan sus efectos sobre la salud, a pesar de que la Red de Acción sobre Plaguicidas (PAN) –integrada por 600 organizaciones de 90 países- afirma que “los efectos del endosulfán incluyen deformidades congénitas, desórdenes hormonales, parálisis cerebral, epilepsia, cáncer y problemas de la piel, vista, oído y vías respiratorias”.
El glifosato es el agrotóxico más conocido de la Argentina. Se comercializa bajo del nombre de Roundup, de la multinacional Monsanto, líder internacional en agrotóxicos y blanco de las denuncias por contaminación ambiental y perjuicio sobre la salud. Las grandes empresas sojeras reconocen la utilización, como mínimo, de diez litros de Roundup por hectárea. En la campaña 2007-2008, el monocultivo de soja abarcó en la Argentina 17 millones de hectáreas y los campos argentinos fueron rociados, en un solo año, con 170 millones de litros del cuestionado herbicida. Se aplica en forma líquida sobre las malezas, que absorben el veneno y mueren en pocos días. Lo único que crece en la tierra rociada es soja transgénica, modificada en laboratorios. La publicidad de Monsanto clasifica al Roundup como inofensivo para al hombre.
En el barrio Ituzaingó Anexo viven cinco mil personas, 200 de ellas padecen cáncer. “Hay casos de jóvenes de 18 a 25 años con tumores en la cabeza. Chicos de 22 y 23 años que ya han muerto. Hay más de trece casos de leucemia en niños y jóvenes”, describen las Madres de Ituzaingó. “En todas las cuadras hay mujeres con pañuelos en la cabeza, por la quimioterapia, y niños con barbijo, por la leucemia”, lamenta Sofía Gatica, con veinte años en el lugar y referente de la organización, que padeció la muerte de un bebé recién nacido (con una extraña malformación de riñón) y, en la actualidad, su hija de 14 años está en pleno tratamiento de desintoxicación (estudios municipales confirmaron que convive con dos plaguicidas en la sangre).
La Organización Panamericana de la Salud (PS) también llegó hasta el barrio Ituzaingó, convocada por la Municipalidad y preocupada por la gravedad del caso. En agosto de 2007 comenzó a analizar los relevamientos existentes, realizó entrevistas y confirmó las denuncias. “Se concluye que el barrio Ituzaingó Anexo puede considerarse como un sitio contaminado. Los contaminantes de mayor importancia son los plaguicidas y el arsénico, fundamentalmente en suelo. La presencia de plaguicidas en tanques de agua posiblemente refleje la intervención de la vía suelo-aire.” Entre las imprescindibles acciones recomienda “incrementar el control sobre fumigaciones clandestinas a distancias menores a las permitidas por ley”.
Las Madres de Ituzaingó reconocen que el fallo judicial (realizado el 30 de diciembre último, pero difundido recién esta semana) llegó “cuando ya todo el barrio está envenenado”, pero se entusiasman al pensar que puede sentar precedente: “Son cientos los pueblos que padecen los efectos tóxicos de los agroquímicos sojeros. Es hora de que la Justicia comience a actuar"


Por eso volviendo a los que nos gobiernan y los que nos gobernarán, creo que no hay mas tiempo que perder y comenzar a exigirle a nuestros futuros próceres que realmente se declare la segunda Independencia de nuestro país. Además exigirle que no queremos ser granero que queremos ser los dueños de la granja y que también queremos vender y consumir productos sanos de nuestra granja, y este no es un tema menor.
En el mundo, seguramente seguirá mandando la economía, pero así como no es lo mismo cuero que cuerina, no será lo mismo los alimentos manipulados genéticamente que los naturales, lo lamentable seria que todavía haya consumidores para ambos. Porque eso indicaría que como hoy, seguirán existiendo seres humanos de primera y otros que son de segunda, tercera y mas también.

Si lo consideran pertinente, por favor difundir

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué verdad Alfredo! a mí también me hace ruido la panza al leer el artículo. Pero qué podemos hacer? De qué manera exigir que esto cambie? Entiendo que debemos tener conciencia colectiva pero también creo (por lo observado en la historia) que sólo se produjeron cambios importantes y rotundos después de daños y sufrimientos de muchos. Me parece válida tu forma de ayudar a crear conciencia!!!!!
Te dejo un saludo