miércoles, 17 de diciembre de 2014

DIRIGENTES PATRIOTAS Y DIRIGENTES VENALES

Amo la otra historia porque amo la otra patria, la que no figura en los textos escolares y apenas en los ámbitos académicos, pero que está presente en la conciencia y en los corazones de un pueblo que sabe quienes fueron sus verdaderos patriotas. Aquellos que realmente lucharon por nuestros intereses y los defendieron con coraje y convicción, sin importarles otra cosa que nuestra grandeza, nuestra libertad y nuestro derecho a ser lo que queramos ser; sin ataduras y sin someterse a los designios de los oscuros intereses que han circundado siempre en los pueblos de nuestra región sudamericana.
No han sido tantos los líderes que han tenido esas características pero si muy importantes y han dejado su huella indeleble.  Sin caer en el lugar común de mencionar a los San Martín, Belgrano, Moreno, etc  sí me interesa rescatar a otros que han sido profundamente amados por sus pueblos en la misma proporción que han sido odiados por sus enemigos, justamente por haber defendido sus intereses. Podríamos empezar por Artigas, Dorrego, Ángel Vicente Peñaloza (El Chacho), Felipe Varela, Pancho Ramírez, Rosas, Quiroga y más acá Leandro Alem, Yrigoyen, Perón, Alfonsín y hoy Néstor. Todos ellos tuvieron muy en claro la razón de sus luchas y de que lado debían estar cuando  las circunstancias políticas los llevó a ponerse al frente de esas luchas para defender lo nacional y eso es lo incuestionable, más allá de sus aciertos y sus errores.
Ellos quisieron siempre una patria con el pueblo como sujeto histórico y no una colonia próspera gobernada por dirigentes venales que en lo externo estaban  al servicio de las monarquías europeas, en su momento, y del imperialismo euro-norteamericano en la actualidad, y sostenida en lo interno por una oligarquía políticamente ciega y brutal e insaciable en su ambición económica y de poder.
En este caso la lista de estos dirigentes venales es realmente más amplia. Podemos empezar por los Rivadavia, Urquiza, Mitre, Sarmiento, Roca, Quintana, Figueroa Alcorta, Alvear, Uriburu, Justo, Castillo, Pinedo, Alsogaray, Rojas, Aramburu y más acá los Videla, Martínez de Hoz, Menem, Cavallo, De la Rúa, Duhalde, etc.
Si uno revisa la gestión y los tratados que firmaron en su momento todos estos gobernantes, con las potencias de turno y en contra de los intereses nacionales, entenderemos por qué la Argentina terminó implosionando aquel 19 y 20 de diciembre de 2001 y por qué la deuda externa alcanzó niveles tan devastadores hasta el año 2003 y que culminaron con la llegada, ese año, de Néstor Kirchner al gobierno. Basta recordar el tratado con la Baring Brothers de 1824 cuya hipoteca duró hasta comienzos del siglo XX, la Ley Mitre, que garantizó el negocio de los ferrocarriles a las compañías británicas, incluyendo la entrega de tierras a lo largo de todo el tendido de vías, en todo el país; el tratado Roca-Runciman de 1930, donde esta vez se le entregó el negocio de la carne a las compañías inglesas; la firma del acta de ingreso de la Argentina al FMI, del gobierno golpista de Aramburu-Rojas en 1956; y el más reciente, cuyas consecuencias aún estamos padeciendo que fueron: "Los tratados de Madrid", firmados por Menem-Cavallo en 1990, con la cancillería británica, que significó la entrega total y absoluta del Estado y el vaciamiento bestial de sus recursos, dejando a la mayoría del pueblo argentino a merced de las empresas multinacionales. Ese fue el precio que Gran Bretaña nos hizo pagar por la derrota de Malvinas
No podemos, entonces, hablar de dos modelos de nación o de país ya que existe uno sólo y es el que proponen los patriotas antes mencionados.
En cambio el modelo de los dirigentes venales, es ser unan factoría colonial que antes fuera  pastoril-granero del mundo y hoy una colonia agro-alimentaria-sojera; para beneficiar otra vez , y como siempre, la explotación de sus recursos a las grandes multinacionales que siguen representando los intereses de las monarquías europeas y al imperialismo global.
Este discurso venal, que todavía resuena por las grandes usinas mediáticas, si bien atrasa más de un siglo, tiene sin embargo un gran vigor institucional, puesto que ahí el imperialismo puso verdadero énfasis, con el fin de perdurar en el tiempo y es este el desafío al que nos enfrentamos quienes defendemos ese proyecto de país que nos legaron nuestros líderes populares.
Esa patria que no figura en los libros y que hoy está latiendo en nuestros corazones, es una hermosa realidad que tenemos que hacerla perdurar en el tiempo definitivamente.

Martín Silva 

CENTRO DE ESTUDIOS POLITICOS Y SOCIALES "PRESIDENTE NESTOR KIRCHNER"

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