martes, 9 de julio de 2013

ACERCA DE LO VIEJO Y LO NUEVO de Alfredo Luis Fernandez

 
“Sergio Massa expresa a los grupos económicos”, rezaba acertadamente la frase en twitter. Sin embargo, conviene prestarle atención al camino que eligió para expresarlos. En momentos en que nuestro gobierno sostiene su proyecto de crecimiento económico y ampliación de derechos con una disputa clara y concreta con esos grandes grupos, Massa se sustrae a esa pelea, se muestra por encima e intenta convencer a la sociedad que se puede acceder a todos esos beneficios sin ninguno de los costos. Que podemos tener crecimiento, asignación universal, jubilaciones, paritarias, acceso a los medios, justicia independiente, netbooks y empleo sin confrontar con Clarín, sin Guillermo Moreno, sin aumentos de precios y sin cada una de las dificultades que hemos afrontado estos años. El convite es más que prometedor: accedo a todos los beneficios sin ninguno de los costos. El problema es más grave de lo que parece, porque no sólo se trata de un recurso de campaña. Cada uno de nosotros, cuando se presenta una dificultad, nos contrariamos, nos preocupamos, nos cuesta afrontarla, porque preferiríamos no tener que atravesarla. El mensaje apunta a un íntimo anhelo de paz y tranquilidad que vive en cada uno de nosotros, a un deseo de llegar por fin a un lugar sin problemas o con problemas mínimos, a un cansancio que también existe frente al conflicto que cotidianamente se despliega entre el gobierno y Clarín como expresión máxima de esos intereses. Varios de los intendentes que estuvieron junto al gobierno y ahora respaldan a Massa actúan con esa lógica. La de creer que lo nuevo será alguien que podrá sostener los beneficios de la actual década sin sufrir las peleas que requirieron. Por eso, aquí no se trata sólo de demostrar que Massa no está con el gobierno, de desengañar a los que distraídamente puedan pensar que al votarlo se inclinan por alguien afín a este proyecto. Es imposible ampliar los derechos de la mayoría sin afectar privilegios de las minorías. Para redistribuir es imprescindible que los que se llevan demasiado se lleven un poco menos y hacer eso siempre va a implicar convivir con situaciones de conflicto. Son cuestiones que pueden estar claras en el discurso político, pero que resulta mucho más difícil instalar como convicción en la mayoría de las personas que tienen la responsabilidad de decidir con su voto. “Frecuentemente, lo nuevo es lo viejo que se olvida”, dijo alguna vez Dante Panzeri. Para quienes tenemos muy presente el desastre de los noventa, nos parece imposible que intenten volver disfrazados de lo nuevo. Sin embargo, están allí, en ese discurso abuenador que pretende hacernos olvidar de cada una de las luchas que hubo que dar para conseguir este presente. Estamos ante el desafío no sólo de desenmascarar el disfraz de lo viejo, sino también de reafirmar que somos lo nuevo. Y demostrar que somos lo nuevo requiere no sólo poner sobre la mesa todo lo que conseguimos, sino también dar pistas de qué haremos para consolidarlo y profundizarlo. Mientras Massa utiliza estas elecciones como trampolín para su proyecto presidencial, nosotros aun navegamos en la indefinición que nos significa la imposibilidad constitucional de que Cristina sea reelecta. Tenemos que ser claros y contundentes: Cristina no irá por su reelección pero a su vez será la gran electora y conductora de este proyecto. Y como gran electora, tendrá la posibilidad de elegir entre compañeras y compañeros que se tienen que potenciar en su vocación por demostrar que pueden asumir esa responsabilidad. Somos nosotros los que expresamos los intereses de los trabajadores, de los estudiantes, de los pequeños y medianos productores y empresarios, de todos y cada uno de los beneficiarios de este modelo. Ningún otro proyecto puede garantizar la continuidad de la asignación, otros tres millones de netbooks, la continuidad de las grandes obras de infraestructura, el desarrollo de la investigación, la exploración petrolera para el autoabastecimiento, el sostenimiento del crecimiento productivo y la recuperación de la movilidad social ascendente. Somos también los responsables políticos de que vean cómo profundizaremos este modelo y también el terrible retroceso que podemos sufrir si volvemos al pasado. Los noventa quieren volver. De nosotros depende cerrarles la puerta desde este presente de construcción y lucha.
 

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