sábado, 3 de abril de 2010

El desendeudamiento

Otro eje donde el gobierno debería seguir profundizando su política, es el que ya inició con la quita histórica de u$d 70.000 millones de deuda de gobiernos anteriores. Con el pago con negociación previa patriótica de lo que resta, podríamos en pocos años lograr la auto financiación con nuestros propios recursos que no son pocos.

La eliminación del instrumento distorsivo y colonial que implica tener deuda externa contraída con los organismos y países instrumentadores del colonialismo económico, haría desaparecer la herramienta mas obstaculizadora del progreso de nuestro pueblo.

Está visto que es posible y solo es necesario tener decisión política para lograrlo. El gobierno tendría que saber comunicarlo para lograr el apoyo del asalariado, del pequeño y mediano empresario, de los tantos trabajadores independientes y por que no de alguna porción del la gran empresa realmente nacional; ya que la explicitación de dicho rumbo generará resistencias y tensiones que lanzarán cataratas de propagandas contrarias, apocalípticas que intentarán torcer el rumbo hacia la liberación y para mantener la dependencia.

Hace tiempo nos colonizaron y a diario, los representantes de los colonizadores nos fueron inculcando que nosotros no podemos autogestionarnos, nos inculcaron que el colonizador es mas inteligente que el colonizado.
Hay que romper con esa construcción de subjetividad mentirosa. Hay que posicionarse como dueños de nuestro destino y cambiar las reglas del juego.

Para ello, se necesitan liderazgos en los tres poderes del estado, liderazgos que coincidan con el modelo de país que quieren. Esa coincidencia no puede ser casual; tiene que surgir de lo que les demanda el pueblo, al fin y al cabo, del pueblo son sus representantes y no sus patrones.

Si en América Latina, los países del primer mundo económico, siguen viendo oportunidades de negocio, ¿por qué no podemos aprovecharlas nosotros? America Latina, definitivamente, aun sigue dando ganancias, ganancias que se las llevan para prestárnosla en forma de créditos caros o inversiones sin riesgo.

Hoy más que nunca, la independencia real es posible, hoy más que nunca, contamos con una masa crítica pensante que, bien informada puede forzar un cambio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Brillante como todos sus análisis.
Omar