miércoles, 18 de septiembre de 2013

Terrorismo mediático une en contra suya a todo el espectro.


 
Por  Luis Agüero Wagner. Miercoles 18 / 9 / 2013
La matización y contextualización malintencionadas del diario ABC color lograron unir a los referentes de todos los partidos políticos de Paraguay
Dicen que para reinar es necesario dividir, y es exactamente lo que hizo por décadas el líder del poder mediático paraguayo, Aldo Zucolillo. Sin embargo, la repetición indefinida de las mismas fórmulas y el inevitable paso del tiempo, han derivado en el hartazgo de los políticos de todas las tendencias que ahora se unen para denunciar los abusos del poder mediático.

Lo que no lograron las más adversas coyunturas del pais, ni los más avezados mediadores, se produjo finalmente por obra y gracia del hastío de la clase paraguaya.

Es así que en los últimos días, todo el espectro político se ha unido contra los peligros del Terrorismo Mediático dirigido por Aldo Zucolillo desde su diario ABC color. A las críticas de referentes de primera línea en el mayoritario Partido Colorado, Liberal, y la socialdemocracia de AVANZA PAIS, se sumó el fin de semana el FRENTE GUASU, acusando al diario de Zucolillo de haber tergiversado de manera antiética una entrevista.

“Lamento profundamente la forma en que se tergiversa la opinión de las personas, con tal de defender intereses… Reproducir en forma fiel lo que el entrevistado dice, es una norma de la prensa realmente democrática. Tergiversar las expresiones de quienes opinan es mezclar indebidamente información y opinión” señalaron las autoridades del Frente citado, luego de que el diario se haya permitido adulterar las opiniones de sus líderes, acomodándolas a la propaganda de derechas.

Esta práctica es prácticamente rutina en dicho diario. El diario ABC color acostumbra a presentarse a sí mismo como un baluarte de la libertad de expresión, sin embargo ha sido denunciado por despedir a periodistas que se negaban a acomodar noticias de acuerdo a sesgos impuestos por su propietario.

El sindicado de periodistas del Paraguay denunció en ese sentido que el periodista Paulo López fue despedido porque no se había prestado para manipular o ajustar una información sobre el gobierno de Cuba de acuerdo a intereses ideológicos y políticos del director del medio, Aldo Zuccolillo. La noticia recibió amplia cobertura en Internet, y fue presentada como una curiosidad por diarios de todos los países del mundo.

López había editado un cable referente al discurso de Raúl Castro ante la Asamblea General de Cuba, y había hecho una transcripción acorde a las noticias enviadas por las agencias internacionales. El periodista relató que se retiró del diario aproximadamente a las 20:00 luego de terminar su trabajo. Tiempo después, ya estando en su casa, recibe una llamada de la jefatura para exigirle que vuelva al diario para "acomodar" la información de acuerdo al pedido hecho por el dueño del diario, Aldo Zuccolillo.

El periodista informó al Sindicato de Periodistas que, antes de retirarse del diario, había informado a los jefes de que los cables de las agencias no daban a entender que el presidente de Cuba haya reconocido el fracaso del sistema cubano. Sin embargo, Zucolillo había ordenado que se publique que Castro dijo algo que no dijo.

Cuando el periodista se presentó de vuelta a trabajar, le comunicaron que estaba despedido y que podía pasar por la tesorería a retirar su indemnización.

Por si ser despedido por negarse a redactar una falsa noticia fuera poco, López relató que recibió descalificaciones y ataques personales del subjefe de redacción Armando Rivarola, quien al intentar justificar la sistemática censura y persecución a los periodistas que se atreven a disentir, aplicó calificativos despectivos respecto a las convicciones y actividades extralaborales del afectado.

El trascendido de este intento de manipulación, anacrónico y vano en tiempos del periodismo digital en tiempo real, explica la razón del permanente declive en ventas e influencias del otrora monopolio de la verdad. La reacción de todo el espectro político que se dio en los últimos días lo demuestra.

Difícilmente logre sobrevivir mucho tiempo si su lema sigue siendo la vieja máxima del desaparecido periodista y ensayista polaco Ryszard Kapuscinski, quien dijo que cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante. Pronto será la verdad la que tenga alas, y la mentira la que la seguirá a rastras.

 

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