domingo, 21 de agosto de 2011

El PROceso sigue matando

 

La Operación Cóndor para Latinoamérica pergeñada por el judío Henry Kissinger ( preimo nobel de la paz !!! ) y la CIA lavó el cerebro de los milicos apátridas de la región y aquí en Argentina, en una loca lucha contra un supuesto comunismo asesinaban peronistas. El nazismo llegó a Sudamérica 40 años después que en Alemania y la región se convirtió en Autzwich. Los nazis norteamericanos y sus cipayos vendepatria no fueron juzgados y todavía aun hoy siguen matando, como a Julio López o a Virginia Ogando. Ernestina Herrera de Noble no quiere decir de quién son hijos Felipe y Marcela y coimea al banco genético para que se cambien las muestras. La impunidad permanente, el demonio en las sombras siempre en contra de Argentina y a favor de intereses extranjeros. Estos son los enemigos externos e internos contra quien Belgrano nos decía que teníamos que luchar !

La búsqueda inconclusa de Virginia Ogando

La dramática historia de la primera hija de desaparecidos que se suicida

Cuando tenía 3 años, la dictadura secuestró a sus padres. Su mamá dio a luz en cautiverio a un hermano,

al que buscó y le dejó 8 cartas antes de matarse. 

 

 

foto perfil.com

Virgini Ogando se suicidó el domingo 14 de agosto. 

 
"Querido hermano...". Así comienzan cada una de las ocho cartas que Virginia Ogando publicó en un blog el año pasado. Palabras que escribía –según ella misma contaba– emocionada, sin poder evitar llorar y con la esperanza de encontrar a aquel hermano al que no conocía. Virgina, hija de desaparecidos, le hablaba en esas cartas a su hermano Martín, que había nacido en el campo clandestino conocido como Pozo de Banfield y que había sido apropiado por los militares.
Virgina le contaba de su abuela Delia, le presentaba a sus hijos, Malén y Nico –es decir, los sobrinos de ese hermano ausente–, le narraba la historia de sus padres, le explicaba cómo era vivir sabiendo que él se encontraba en algún lugar del mundo sin que ella lo pudiera encontrar, a pesar de toda una vida de esfuerzos para lograrlo. También le decía que estaba convencida de que su encuentro fraternal se iba a realizar. No pudo ser.
Virgina Ogando se suicidó el domingo 14 de agosto por la noche en Mar del Plata. Tenía 38 años. Es una víctima de los efectos que aún produce la dictadura.
El 16 de octubre de 1976, cuando Virginia tenía tres años, los militares secuestraron a Jorge Ogando y Stella Montesano, sus padres, y la dejaron sola en su cuarto, rodeada por el vacío de una casa reventada en un operativo nocturno. La familia aguardaba el nacimiento de un nuevo integrante al que ya le habían elegido nombre: Martín.
A partir de ese momento, Virgina comenzó a vivir con su abuela Delia, que pronto formaría el grupo fundador de las Abuelas de Plaza de Mayo.
Jorge y Stella fueron vistos en el campo clandestino conocido como El Pozo de Banfield, donde Martín nació el 5 de diciembre de 1977. Nunca más se los volvió a ver con vida.

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