sábado, 23 de abril de 2011

Una carta a Vargas Llosa

Muchas expectativas me habia generado la llegada de Vargas Llosa a nuestro país. Desconocido para mi porque nunca lei sus obras; el hecho de ser premio novel y sus manifestaciones previas a su llegada, donde asumia una posición que resonaba favorablemente en los oidos de los opositores del modelo que recorre nuestra patria desde 2003; a mi que me defino como Kirchnerista de la primera hora(porque lo voté en el 2003)  me generaba mucha curiosidad su llegada y  sus definiciones.
Escuche toda su exposición y el reportaje amigable al que fue sometido por sus anfitriones.
Debo reconocer que muchas partes de su discurso me resultaron agradables,  mostraron a un nobel, humano, que reconoció el peso de ese premio que lo obliga a decir y ser lo que el establishment que lo ha premiado espera de usted.
En muchas de sus respuestas, refiriendose a sus obras dijo que sus novelas son ficciones que elabora desde verdades y mentiras que se desarrollan en el campo de sus relatos y que de ninguna manera tienen el rigor cientifico y de investigación que un periodista debe tener a la hora de analizar o criticar la realidad.
Semejante confesión, lo exime de cualquier exabrupto de sus interpretaciones de la realidad en cualquier parte del mundo. Vargas Llosa, lo dijo en reiteradas oportunidades a quien lo haya querido escuchar, confesó que el vive su vida entre la realidad y su mundo imaginario gracias a lo cual alcanzó el premio que tal vez bien merecido tenga.
Me tranquilizó su definición casi en cadena nacional de lo que para usted es un liberal, cuando lo escuchaba, me senti muy cerca, defendiendo las libertades individuales de las personas, sus derechos humanos y tantas cosas que lo hacen parecer buena persona. Digo parecer, porque no lo considero un ignorante, debe tener claro que intereses defiende y representa. Si fuese un liberal, podria haber aceptado la invitacion y explayarse sobre las cuestiones que en nuestro pais hoy se debaten y un verdadero liberal, según su definición, no hubiera obviado.
Un liberal según la definición que dió, no podria callar los delitos de lesa humanidad que cometen los apropiadores de hijos, dueños de multimedios argentinos. Al menos su reticencia a someterse a la justicia. Un liberal como se define, no podria callar el derecho a que la ley sancionada por el congreso sobre los derechos y obligaciones de los dueños de medios se cumpla inmediatamente. Un liberal como usted se define deberia estar de acuerdo en que un socio con acciones de una empresa privada, pueda exigir se le otorguen los beneficios de las ganancias reales del ejercicio anual, mas aun si ese socio es el estado y las ganancias del mundo liberal, pueden contribuir a la mejora de las condiciones de vida de los jubilados y trabajadores de un pais que se define igual de liberal que Vargas Llosa.
Los hechos justifican lo que fueron discursos, si el discurso, va de contra con los hechos, eso es solo cinismo, puesta en escena y nada de realidad objetiva.
Ahora comprendo por que el señor Vargas Llosa se transformó, tal vez sin quererlo, pero asumiendo el rol que los premiadores (apropiadores desde su premiación) le otorgaron con el premio, en la herramienta circunstancial y efimera que la derecha "liberal" si de economia se habla, utilizó para tres dias de la vida de nuestro país.
Desde este metro cuadrado que es mi blog, desde donde despunto el vicio de escribir, lejos, muy lejos de las capacidades de un Vargas Llosa, sin lugar a dudas y después de escuchar su reportaje acordado, me siento mucho mas libre, mucho mas liberal que ese señor que actua para sus premiadores. Lo respeto por sus saberes, lo respeto por sus confesiones de ser humano, pero no lo respeto por haber dejado de ser, quien sabe cuando, ese liberal que define en su relato.
Tal vez como lo dijo hasta el cansancio, usted cuenta una novela que no tiene obligación de ser la realidad. Creo que esa fue su velada confesión que ningún medio hegemónico va a tomar como valida.

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