El límite a la renta extraordinaria es una de las medidas más liberales de las que se pueden aplicar, por supuesto que esta definición depende del lado en que se posicione el sujeto critico de dicha postura.
Parándonos desde esa mirada del ser liberal, que deviene de libertad y está en función del bienestar general por sobre el particular, y no desde la construcción simbólica del ser liberal que el capitalismo usa de mascara para coartar las libertades de los pueblos dependientes o semicolonizados. Desde allí es desde donde el ser liberal, sin los artilugios del capitalismo, seria como debería ser, una buena palabra.
Ser liberal, para un pueblo que hasta ahora no lo es, seria, poder decirles a los dueños de las rentas extraordinarias, que esa renta tiene un límite y el limite podría estar fijado por los mismos porcentajes de ganancias que tienen en los países donde funcionan sus casas matrices.
Esa limitación no seria otra cosa mas que completar el círculo de una globalización mas igualitaria donde se globalicen también los accesos a las mismas mercancías y a los mismos derechos.
Esto implicaría romper con algún paradigma, donde el excedente de la renta extraordinaria dejaría de ser transferencia al exterior y seria inversión interna o bien bajarían los precios de los productos con la consiguiente deflación sobre los precios de los productos y los servicios que hoy están en manos de intereses que difícilmente adhieran a la idea.
El desafío, de romper con este u otros paradigmas, seguramente generaría tensión y seria el pueblo y sus honestos representantes los que deberían estar dispuestos a dar la lucha o reconocerse como parte funcional de los creadores de paradigmas.
Hoy, el limite lo pone el que define cual va a ser su ganancia independientemente de lo que piensen los gobiernos.
1 comentario:
es increíble lo que hacen. El afán destructor no mide consecuencias (que las pagará el pueblo, claramente). Aplican el principio de tirar abajo el templo con ellos adentro.
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