viernes, 18 de mayo de 2012

Fanatico yo, fanatico vos.

 Este proceso histórico político, que desde el 2003 se instaló democráticamente en la Argentina y que producto de sus acciones que son las que le cambian la realidad a la gente, se consolidó con un 54% de adhesión cuando había arrancado en 22% , con un país en el fondo del mar. Es el que hoy con matices también apoyan otro 25 % de la población que reconoce las virtudes de los trazos gruesos que le impuso a nuestra realidad nacional.
Este proceso político desestructurador de las viejas estructuras que sostuvieron una republica para solo un 10% de clase acomodada, genera en muchos Argentinos sentimientos de esperanza, optimismo, valoración de lo Argentino, simpatía, compromiso, participación ciudadana, debate acalorado sobre las ideas, pasión y tantos sentimientos que parecían desterrados del sentimiento popular. Desterrados con mecanismos de disiplinamiento social tales como la desocupación, los salarios congelados, las jubilaciones olvidadas en el fondo de los archivos, la desaparición de las discusiones salariales, la propaganda organizada de que cualquier intento de "rebeldía " sobre los poderes hegemónicos nos llevaría a caernos del planeta.
Esos y otros paradigmas de la dominación fueron puesto en cuestión por la conducción Kirchnerista y uno a uno los fueron y los siguen enfrentando para seguir rompiendo mitos que nos instalaron las clases dominantes y sus súbditos. El periodismo llamado cuarto poder, en nuestro país, hoy quedo muy claro que ocupaba el primer poder. Tuvo que  llegar al ejecutivo alguien que no dudara en jugarse la vida para enfrentarlos y correr el telón para que el pueblo pudiera ver en directo, con nombre y apellido quienes eran los que nos querían seguir gobernando.
La pelea de fondo está muy clara, la pelea de fondo es de ser un país para 10 millones o un país para 40 millones. Esta pelea no es muy distinta de la que dieron tipos como Moreno, Dorrego, Rosas, , Belgrano, San Martin, Monteagudo, Perón y Evita.
Algunos quieren hoy deslegitimizar esos sentimientos que hacen sentirnos vivos, tildándolo peyorativamente como de Fanatismo.
Hay una expresión del fanatismo que no aparece en los libros, es el fanatismo cínico y perverso que no demuestra pasiones, se muestra muy controlado pero que es capaz de las peores atrocidades para con los pueblos. El que se cree dueño de la realidad y de las cosas de la gente, sin someterse a la legitimación del contrato que implica participar en comicios democráticos. Ese sujeto de poder que hoy todos sabemos dónde se encuentra y quiénes son sus empleados. Es el fanático más peligroso que tiene nuestro pueblo













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