El economista de Massa
“Conocí a Hernan Martín Pérez (apellido que nunca reconoció como
propio) Redrado cuando ambos teníamos 20 años y cursábamos la Facultad
de Ciencias Económicas.
Era
plena época de la dictadura y él era el responsable de una publicación
estudiantil que se llamaba Base Cero, que en esos años defendía la
política represiva y económica de la dictadura sin tapujos.
Los
ejemplares los vendían en la puerta de la facultad tanto estudiantes
como policías de civil dedicados a reprimir toda actividad política de
cualquier color. Contaba también con el apoyo de los principales
comunicadores de la dictadura, entre los que descollaba Bernardo
Neustadt.
Base Cero decía en su portada que era la voz de todos
los estudiantes de Ciencias Económicas. Aquellos que empezamos a
militar en política en esos años y teníamos un profundo rechazo por la
dictadura y anhelábamos vivir en democracia no nos sentíamos
representados por ese pasquín.
El Centro de Estudiantes
funcionaba en la clandestinidad y en un acto de arrojo o de
irresponsabilidad decidimos pedirle una entrevista al decano (el doctor
Biondi) para expresarle que esa revista, que contaba con el apoyo de las
autoridades de facto de la facultad, no nos representaba, ni a nosotros
ni a la mayoría de los estudiantes. El decano no nos recibió a los
cinco alumnos que fuimos a verlo, pero su secretaria nos pidió que les
dejáramos nuestros teléfonos.
Dos semanas más tarde recibí en
casa de mis padres el llamado de Martín Pérez (Redrado), en el que me
decía que estaba dispuesto a recibirme para conversar sobre su revista,
aclarándome que sólo aceptaba reunirse conmigo porque me había
investigado (¿?) y yo estaba limpio. Si alguna duda nos quedaba de las
relaciones de Martín con la dictadura y con los servicios de
inteligencia, ese llamado terminó de disiparla.
En ese momento
Redrado era un antiperonista rabioso y sostenía que la democracia sólo
podía funcionar algún día si se proscribía al peronismo. Luego resultó
ser un funcionario destacado de tres gobiernos justicialistas.
La vida nos volvió a juntar bajo diversas circunstancia2s, siempre en
veredas opuestas en lo que hace a la forma de entender lo público y a
cuál es el sentido de la palabra ética.
Lamentablemente estoy
convencido de que su pragmatismo sin límites, su olfato de hacia dónde
soplan los vientos y la falta de ideología (salvo la defensa de su
propio interés) le auguran un protagonismo importante en los próximos
años.”
(Texto de Carlos Weitz)
Pinturita el muchacho Redrado, socio de Massa. No sólo neoliberal recalcitrante sino ahora descubierto como videlista.
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