lunes, 28 de enero de 2013

Cómo profundizar el modelo económico

 
 
Temas de debate Reformas pendientes para alcanzar el camino del desarrollo

 

En la última década, Argentina dejó atrás veinticinco años de neoliberalismo caracterizados por ausencia de crecimiento, aumento de desocupación y pobreza. Los analistas consultados responden qué es lo que falta para seguir creciendo con inclusión social.

Producción: Tomás Lukin

debate@pagina12.com.ar


Sostener la demanda

Por Diego Coatz * y Sergio Woyecheszen **

Durante los últimos dos lustros la economía argentina ha evidenciado una serie de avances que, en mayor o menor medida, han ido revirtiendo vestigios de una realidad sumamente compleja signada por el deterioro de capacidades sociales y productivas más profundo del que se tenga memoria. Entre mediados de 1970 y fines de 2001, el PBI per cápita prácticamente no creció (0,2 por ciento anual promedio). El PBI industrial cayó más del 40 por ciento, el desempleo subió del 4,7 al 22 por ciento, la distribución del ingreso se deterioró sistemáticamente (el ratio entre el diez por ciento más rico y el más pobre se amplió de 8 a 33 veces) y la incidencia de la pobreza saltó del 5 al 57 por ciento de la población. Lo más doloroso: se alcanzó un pico de indigencia cercano al 25 por ciento.

El solo hecho de haber quebrado aquellas tendencias es uno de los cambios estructurales más relevantes de la etapa actual. Y no se trató solamente del aprovechamiento del contexto internacional, sino también de una clara orientación política tendiente a recrear una dialéctica virtuosa entre demanda efectiva, desarrollo productivo y distribución. Hoy tenemos el doble de industria de lo que teníamos diez años atrás. Tuvimos un crecimiento cercano al 50 por ciento en la productividad y del 70 por ciento en los niveles de empleo. Esta es una tríada inédita para nuestro país, al menos desde principios de la década de 1970. La dinámica ha mostrado asimismo una modernización fabril a partir de crecimiento sostenido de la inversión hasta el año 2011, junto a la reactivación de actividades que estaban al borde de la extinción.

Perdura sin embargo una serie de desafíos de más largo alcance, cuya raíz está asociada a problemáticas que van desde la disponibilidad de divisas para sostener un crecimiento elevado y la dinámica de precios hasta la tensión distributiva y la informalidad laboral.

En un trabajo reciente que elaboramos junto a Fernando García Díaz –"El rompecabezas productivo argentino"– indagamos sobre estas cuestiones. Las dinámicas de mayor complejidad se concentran en dos grupos de sectores. El primero abarca ramas productoras de materias primas exportables con escaso valor agregado, como la minería metalífera y, en menor medida, la producción de granos, el cultivo de frutas, la pesca y la silvicultura. El segundo, por una gama de sectores manufactureros con alta proporción de insumos importados, particularmente hacia dentro de la metalmecánica, el sector automotor, autopartes y la industria de ensamblado de partes (electrónica, electrodomésticos).

En muchos casos la desarticulación ha sido y es muy fuerte. La industria autopartista, por ejemplo, pasó de generar 169 puestos de trabajo indirectos cada 100 directos a mediados de la década de 1970 a 112 en 1984 y 79 en 1997, nivel que no se ha podido recuperar incluso después de todos estos años de expansión de la producción. La inversión en equipos, que llegó a ser más del 70 por ciento de origen nacional a principios de los años setenta, hoy proviene en casi un 80 por ciento del exterior. Menos articulación productiva explica un déficit comercial en manufacturas de origen industrial de 32 mil millones de dólares y también una menor capacidad de absorber empleo, aspecto clave de cara a reducir una informalidad laboral que aún afecta a un tercio de los asalariados.

Ante esta situación compleja, un principio de respuesta implica definiciones en materia macroeconómica (sostener una demanda pujante con incentivos comerciales, financieros y tributarios para sectores productivos clave para reducir la restricción externa), institucional (infraestructura, innovación, educación) y estructura productiva, mediante el desarrollo de actividades que reduzcan gradualmente las brechas entre regiones, la generación y difusión de innovaciones y el desarrollo de complementariedades productivas. Sostener y ampliar el sentido estratégico, como en el caso del plan industrial a nivel nacional o el de la provincia de Buenos Aires, donde no sólo se concentra el 50 por ciento del valor agregado industrial y más del 40 por ciento del empleo, sino también la mitad del déficit de manufacturas de origen industrial.

Existe una brecha considerable entre la Argentina actual y su potencial en materia industrial, pero también es necesario elevar la calidad del debate, trabajar en una mirada constructiva hacia el futuro, partiendo de reconocer la importancia de los avances registrados y entendiendo que resta mucho camino por recorrer para cambiar estructuralmente la matriz productiva y distributiva argentina.

* Economista jefe. Ceuuia. Sociedad Internacional para el Desarrollo Cap. Bs. As. (SIDbaires www.sidbaires.org.ar).

** Subsecretario de Industria, Comercio y Minería. Ministerio de Producción, Ciencia y Tecnología de la Provincia de Buenos Aires. Coordinador del Dto. de Trabajo y Empleo SIDbaires.


Rediscutir los TBI

Por Arturo Trinelli y Pablo Ceballos *

"Nuestra misión es simple: ayudar a reducir la pobreza." No se trata del slogan de la Cruz Roja Internacional, ni de Cáritas; por extraño que resulte, se trata del objetivo que el Banco Mundial manifiesta desde su sitio web. Sin embargo, en su seno funciona el Ciadi, un organismo cuya función es arbitrar en materia de inversiones extranjeras, y cuya jurisdicción es otorgada por los países que, como el nuestro, han cedido parte de su soberanía económica en pos de asegurar presuntas condiciones para atraerlas. Argentina ha pagado un alto precio por ceder soberanía a cambio de inversiones. La crisis macroeconómica de 2001 ha dejado al país expuesto a numerosas demandas ante al Ciadi con un pasivo contingente que algunos estiman entre 20 y 25 mil millones de dólares. La última es la de Repsol por la nacionalización de YPF.

Pero Argentina no es el único país que sufrió severas crisis macroeconómicas: Tailandia, Indonesia y Malasia tuvieron violentas devaluaciones entre 1997 y 1998, cayendo el PBI aproximadamente un 37 por ciento en cada caso, o Corea del Sur, cuyo PBI retrocedió un 36 por ciento en 1998. Ese año, además, Rusia sufrió una crisis muy similar a la de la Argentina de 2001: el Banco Central gastó 27.000 millones de dólares en sostener el rublo y la inflación de 1999 alcanzó el 85 por ciento. En 1999, Brasil padeció en cuatro meses una fuga de capitales de 35.000 millones de dólares, la tasa de interés trepó hasta el 30 por ciento y su moneda se devaluó.

Sin embargo, ninguno de los países mencionados tiene demandas en el Ciadi por no haber suscripto TBI con Estados Unidos, evitando, así, ceder soberanía jurídica aun con crisis de enormes proporciones como la nuestra. En Argentina los Tratados Bilaterales de Inversión (TBI) fueron suscriptos en la década del '90 y ratificados por ley y contienen cláusulas absolutamente asimétricas en favor del capital extranjero. El Banco Mundial ha señalado que la Inversión Extranjera Directa (IED) traería beneficios a los países receptores, como el aumento de la productividad, el incremento de las exportaciones, el acceso a mercados externos, la introducción de nuevas tecnologías, y el financiamiento de eventuales déficit comerciales.

La experiencia argentina muestra que esto no se verificó: la inversión extranjera aquí incrementó las importaciones en lugar de las exportaciones, no introdujo nuevas tecnologías (la investigación y desarrollo permanecieron en los países de origen), no aumentó el stock de capital y no promovió el empleo. Por el contrario, ha desplazado a empresas locales, ha concentrado los mercados, y nunca se terminó de complementar integralmente con proveedores argentinos. El conocido caso de la importación de vasitos térmicos de la cadena de cafeterías Starbucks es un ejemplo de esa desintegración del inversor externo con cadenas de valor local. Así, cabe preguntarse: ¿cuáles son las responsabilidades y obligaciones del inversor extranjero? ¿Acaso no debería existir un explícito compromiso en aporte al desarrollo del país receptor? Ceder soberanía económica y jurídica no es el único camino para obtener inversiones. El crecimiento sostenido del sudeste asiático, y más recientemente el caso de Brasil, muestran que sin el Ciadi es posible también recibirlas.

Luego de varios años de crecimiento económico, Argentina tiene la oportunidad de rediscutir los términos del intercambio en materia de inversiones. El problema no se reduce a quedarse o salir del Ciadi, sino a reconfigurar las condiciones de radicación y permanencia en condiciones mutuamente beneficiosas. Tenemos suscriptos 56 TBI: sólo 8 de ellos representan el 72 por ciento del stock de IED: Estados Unidos, España, Francia, Países Bajos, Chile, Alemania, Italia e Inglaterra. Los TBI establecen expresamente que el país no puede exigir compromisos de desempeño a las empresas en materia de exportación, producción, empleo, reinversión de utilidades o integración con proveedores argentinos.

Esta situación se refuerza con la ley de inversiones extranjeras actual, que ni siquiera promueve un registro de inversores, como sí ocurre en México. Para esta ley, es lo mismo un inversor petrolero (que el país necesita) a un inversor de fabricación de galletitas (que el país ya tiene).

En suma, la sustentabilidad económica alcanzada durante los últimos años le permite a la Argentina plantearse una nueva relación con el inversor extranjero, donde el país garantice derechos al inversor externo, pero donde también se orienten y asignen prioridades de inversión por sector y un desempeño que se ajuste a las necesidades de desarrollo del país: creación de empleo, transferencia de tecnología y exportaciones. Estas pautas podrían incorporarse como cláusulas jurídicas, aprovechando el proceso de independencia económica e inclusión social en curso.

* Integrantes del Grupo de Estudio de Economía Nacional y Popular (GEENaP).

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jueves, 24 de enero de 2013

Empresario Argentino y patriota, se busca.

 Como cada verano los elementos de playa aparecen en las gondolas de los grandes supermercados; es que se viene el tiempo de su demanda y los empresarios comienzan a tejer sus estrategias de precios.
La realidad nunca se puede explicar con un solo ejemplo, pero puede servir para sacar alguna conclución respecto del comportamientos de los comerciantes que tienen posición dominante en el abastecimiento de alimentos y bienes de consumo a la población urbana y suburbana.
Yendo al ejemplo, en Noviembre del 2012, en el hipermercado Coto Temperley, la silla playera estaba $256, precio que me indignó, dado que en el mismo año, en el mes de Enero, la habia pagado en el Coto de Mar de Ajó, $86.
Necesitaba comprar dos sillas mas, pero desistí. A nadie le gusta que le roben.
Llegando finales de Diciembre del 2012 la misma silla estaba de oferta a $165, ese cambio de precio y la necesidad de disponer de dicho elemento, me llevó a comprarla.
El lunes 21/1/2013  en el  hipermercado de Temperley mencionado anteriormente, la misma silla playera estaba por segunda vez  de "oferta" y su valor era de $109.
A un mes de iniciado el verano el precio bajó al 42%.
El supermercado en cuestión es de un empresario Argentino, ¿ Que podemos esperar de los franceses, los norteamericaos o los chilenos con un dueño alemán?
Se que al igual que en la fabula del escorpión y la rana, en este caso la naturaleza del empresario es la de ganar dinero. Pero además de empresario, este señor exitoso y Argentino podria tener actitudes también de patriota. Por ejemplo, ser un jugador del mercado que regule la malformación de precios que toda la rama de hipermercados lleva adelante en Argentina.
¿Tendrá que ser el Estado el unico agente que regule estas cuestiones para el lado del pueblo, que es en definitiva, para el lado de la patria?
La burgesia nacional, es muy necesaria para la construcción de un modelo mas igualitario, con desarrollo de la industria nacional, pero casos como el ejemplo no ayudan.
Lo positivo, es que las sillas playeras mencionadas, son de fabricación nacional.



domingo, 20 de enero de 2013

Scioli ¿Cuantos muertos necesita para decidir politicas públicas?

                                                  Ruta 11, de Conesa a San Clemente

No alcanza con las campañas prevenvivas de educación vial (que son muy necesarias), se necesita tambien, tomar los hechos de la realidad, analizarlos y generar acciones que se transformen en deciciones politicas y asi generar infraestructura para corregir rapidamente lo que se puede corregir solo con dinero.
Usted Gobernador, que está tan obsecionado con ser Presidente, ¿Porque no se ocupa de este tema tan recurrente sobre esa via de circulación?
Por que no hace un viaje como cualquier hijo de vecino por esa ruta provincial y toma conciencia de las vidas que salvaria una decisió politica que está a su alcance.
Después puede utilizarlo en sus discursos electorales y aunque no gane, sabrá que ha salvado inumerables vidas para el futuro.

jueves, 17 de enero de 2013

Un efecto de las multinacionales de consumo masivo.

La economía contemporánea, se convirtió en una economía de escala global producto del proceso de globalización que se vio facilitado por el desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Un mundo donde las escalas locales, regionales y globales se van interrelacionando dando como resultado una uniformidad a escala planetaria respecto de las formas de producción, comercio, y consumo de las diferentes sociedades.

Los Estados en si mismo han perdido poder, producto de la transnacionalización de los flujos de intercambio. Muchas decisiones de empresas multinacionales impactan sobre sociedades de distintos países sin que los Estados soberanos puedan incidir y deban ocuparse de las consecuencias.

Si estos Estados deciden plantear controles que les recorte independencia al poder económico de las multinacionales, son de alguna manera advertido o sancionado con diferentes medidas que van desde protesta desde los foros que las agrupan (Cámaras), protestas desde las cancillerías o embajadas de los países donde funciona su casa matriz, hasta con recortes de inversiones, despidos masivos e inclusive retirada de filiales. Lo que pone a los gobiernos dependientes en una situación de negociación con el poder económico que está explotando su espacio geográfico territorial.

Los intereses del poder económico difieren del de los Estados, tienen distintos objetivos pero coinciden en el agente sobre el cual deben actuar; las sociedades. Uno las ve como consumidores y el otro debe regular las relaciones sociales. De allí se desprenden diferentes conflictos. Los Estados modernos deben si quieren tener mayor poder de negociación con el poder económico, agruparse en organismos regionales donde puedan unificar intereses desarrollar estrategias conjuntas y lograr mejor posicionamiento en las discusiones para poder seguir siendo ellos y no las multinacionales, las que regulen las relaciones sociales de sus espacios geográficos.

 

Las compañías multinacionales inician su expansión dentro de su país de origen, todos ellos países centrales, con un mercado interno con importante poder adquisitivo, luego comienzan a desplazarse hacia los países en desarrollo, decreciendo su densidad de bocas en función del mercado interno que quieren capturar. En los países subdesarrollados disminuyen su penetración y pasa a ser casi nula en los países pobres que carecen de un mercado interno con poder adquisitivo o en regiones donde el sistema capitalista aun no logro imponerse como modelo de acumulación. Esta estrategia generalizada de todas las multinacionales van generando un determinado flujo de divisas, tecnología, inversiones y desarrollos que van configurando un mundo donde por un lado aparecen regiones y capitales de países que concentran las riquezas, según Milton Santos: "El fenómeno de la urbanización  es hoy avasallador en los  países del tercer mundo". Por otro lado van quedando abandonadas regiones con poblaciones que deben ser contenidas por las políticas públicas de los Estados, porque el mercado las expulsa del sistema global de intercambio.

No todas las empresas multinacionales son privadas, las hay mixtas y publicas (dependen de algún estado, en general desarrollado). Son multinacionales porque tienen sede en varios países y son transnacionales porque el intercambio que generan atraviesa las fronteras de los mismos.

Las multinacionales tienen importantes gastos de investigación y desarrollo, son las que mas impulsan el conocimiento y el avance tecnológico.  Este también es un factor que las lleva a buscar más mercados para financiarse.

Al estar distribuidas en distintos países y regiones, son menos vulnerables a las dificultades que puedan aparecer en alguna región o país en particular, compensando su rentabilidad a nivel global con regiones que les otorgan mejores rendimientos en sus ganancias. También aprovechan las legislaciones locales (laborales, impositivas, etc) para producir a escala global a menor costo.

Como subtitula Ricardo Méndez (1997), "Las empresas multinacionales como agentes de la globalización". Podemos inferir que son las que modelan el espacio geográfico mundial, los desarrollos regionales, las culturas, los gustos, las modas, los momentos de recreación así como también las inequidades que el mercado con su lógica de competencia genera.

 

Bibliografía

Méndez Ricardo (1997) La lógica espacial del capitalismo global. Geografía Económica

Milton Santos (1996) Metamorfosis del espacio habitado

Elena Margarita Chiozza-Cristina Teresa Carballo (2001) Introducción a la Geografía. Carpeta de Trabajo